Hola a todos y a todas:
Una ves más estoy aquí para ir narrando el proceso del comienzo y le terminación de esta nueva obra en la cual me embarqué ya hace tiempo. Pero todo requiere su tiempo y su momento, no todos los día se encuentra uno con ganas o inspirado como para coger los pinceles y los "avíos" de pintar y enfrascarse en una cantidad de pensamientos y de imaginaciones que le vienen a uno a la cabeza mientras uno va dando pinceladas al lienzo, unas con gran acierto y otras con no tan afortunados acierto, como todas las pinceladas que damos a lo largo de nuestras vida.
Mi introducción a este post es algo profunda pero en realidad es una forma de daros a entender lo que se siente o lo que siento durante el rato que estoy pintando; se le viene a uno a la cabeza muchas pinceladas.
Con esto me vengo a referir que hay que tener la mente despejada y "despreocupada" - entre comillas-, para poder concentrarse y meterse dentro de la obra sin nada que te perturbe la mente.
Y sin más preámbulos vallamos a lo que viene el caso en este momento.
Así es como se quedó la obra la última ves que lo dejamos.
Y recuerdo: haberos dicho que lo más difícil ya estaba prácticamente hecho, que era el haber encajado y pintado todos los rostros de los personajes que componen la obra, y que en lo que estaba, era en lograr colocar el brazo de José de Arimatea en el lugar perfecto, de tal forma de no romper la perspectiva del personaje.
Estos son los resultados. No sólo le he colocado el brazo más o menos donde estaba ya señalado por intuición, sino que me he ido viniendo con la túnica de Nicodemo y con la túnica de José de Arimatea manchando a modo de presentarla, para ver como muchas vece ya he señalado, el efecto que me va dando en todo el conjunto de la obra.
Si observáis en la foto se puede ver que también he comenzado a pintar el pecho , en este caso la túnica o lo que deja ver esa especie de capote o guardapolvo que lleva el maestro Nicodemo
Aquí: en esta otra fotografía se puede apreciar que ya he pintado esa especie de solapa o cuello de la túnica del maestro Nicodemo. Y a José de Arimatea también le he marcado el cuello de la camisa, consiguiendo los pliegue de la misma así por en sima, para luego cuando se oree un poco y se seque la pintura sacarle los tonos más claros y darle el máximo realismo al cuello de la camisa.
Como se pude observar, el antebrazo de José de Arimatea también lo he estado perfeccionando, Y después de varias pruebas e imaginarme qué fondo debía ponerle, he optado por la ojiva de la puerta de la Plaza de San Andrés, por donde hace su salida esta Hermandad de Santa Marta.
Si miráis bien, en la parte superior del cuadro he marcado unas línea, de momento, para que me sirvan de ayuda y de orientación para imaginarme el arco de la puerta.
Después hartarme de buscar, y mirar fotografías en cantidades de sitios, incluido los álbumes que se publican en estas páginas de Cofrades, para más o menos tener una idea de como podría ser, o de qué forma pintarle el fondo al cuadro.
Y después de varias pruebas en mi mente, y probando los tonos de pintura que podría más o menos tener la pared en el lienzo. He llegado ha esta conclusión con respecto al cuadro, vean:
Y hasta aquí es donde he llegado con la pintura de esta obra, de momento.
Ahora si que puedo decir que todo lo difícil ya esta hecho, ahora me falta retocar la túnica del maestro Nicodemo y pintarle la túnica al José de Arimatea que a estas alturas ya es " lo de menos " , lo digo entre comilla porque también tiene su guasa el pintar la túnica, para darle ese aspecto de terciopelo granate con sus pliegues y sus luces y sombras.
Espero que no os hayáis aburrido demasiado con esta nueva entrada, para mostraros el aspecto y el resultado que va tomado esta nueva obra.
De momento lo dejaré aquí que repose el cuadro, hasta mi próximo día de descanso, que vuelva a retomar los pinceles y terminar del todo la obra,
Un saludo a todos y a todas.
Manuel de los Reyes
Una ves más estoy aquí para ir narrando el proceso del comienzo y le terminación de esta nueva obra en la cual me embarqué ya hace tiempo. Pero todo requiere su tiempo y su momento, no todos los día se encuentra uno con ganas o inspirado como para coger los pinceles y los "avíos" de pintar y enfrascarse en una cantidad de pensamientos y de imaginaciones que le vienen a uno a la cabeza mientras uno va dando pinceladas al lienzo, unas con gran acierto y otras con no tan afortunados acierto, como todas las pinceladas que damos a lo largo de nuestras vida.
Mi introducción a este post es algo profunda pero en realidad es una forma de daros a entender lo que se siente o lo que siento durante el rato que estoy pintando; se le viene a uno a la cabeza muchas pinceladas.
Con esto me vengo a referir que hay que tener la mente despejada y "despreocupada" - entre comillas-, para poder concentrarse y meterse dentro de la obra sin nada que te perturbe la mente.
Y sin más preámbulos vallamos a lo que viene el caso en este momento.
Así es como se quedó la obra la última ves que lo dejamos.
Y recuerdo: haberos dicho que lo más difícil ya estaba prácticamente hecho, que era el haber encajado y pintado todos los rostros de los personajes que componen la obra, y que en lo que estaba, era en lograr colocar el brazo de José de Arimatea en el lugar perfecto, de tal forma de no romper la perspectiva del personaje.
Estos son los resultados. No sólo le he colocado el brazo más o menos donde estaba ya señalado por intuición, sino que me he ido viniendo con la túnica de Nicodemo y con la túnica de José de Arimatea manchando a modo de presentarla, para ver como muchas vece ya he señalado, el efecto que me va dando en todo el conjunto de la obra.
Si observáis en la foto se puede ver que también he comenzado a pintar el pecho , en este caso la túnica o lo que deja ver esa especie de capote o guardapolvo que lleva el maestro Nicodemo
Aquí: en esta otra fotografía se puede apreciar que ya he pintado esa especie de solapa o cuello de la túnica del maestro Nicodemo. Y a José de Arimatea también le he marcado el cuello de la camisa, consiguiendo los pliegue de la misma así por en sima, para luego cuando se oree un poco y se seque la pintura sacarle los tonos más claros y darle el máximo realismo al cuello de la camisa.
Como se pude observar, el antebrazo de José de Arimatea también lo he estado perfeccionando, Y después de varias pruebas e imaginarme qué fondo debía ponerle, he optado por la ojiva de la puerta de la Plaza de San Andrés, por donde hace su salida esta Hermandad de Santa Marta.
Si miráis bien, en la parte superior del cuadro he marcado unas línea, de momento, para que me sirvan de ayuda y de orientación para imaginarme el arco de la puerta.
Después hartarme de buscar, y mirar fotografías en cantidades de sitios, incluido los álbumes que se publican en estas páginas de Cofrades, para más o menos tener una idea de como podría ser, o de qué forma pintarle el fondo al cuadro.
Y después de varias pruebas en mi mente, y probando los tonos de pintura que podría más o menos tener la pared en el lienzo. He llegado ha esta conclusión con respecto al cuadro, vean:
Y hasta aquí es donde he llegado con la pintura de esta obra, de momento.
Ahora si que puedo decir que todo lo difícil ya esta hecho, ahora me falta retocar la túnica del maestro Nicodemo y pintarle la túnica al José de Arimatea que a estas alturas ya es " lo de menos " , lo digo entre comilla porque también tiene su guasa el pintar la túnica, para darle ese aspecto de terciopelo granate con sus pliegues y sus luces y sombras.
Espero que no os hayáis aburrido demasiado con esta nueva entrada, para mostraros el aspecto y el resultado que va tomado esta nueva obra.
De momento lo dejaré aquí que repose el cuadro, hasta mi próximo día de descanso, que vuelva a retomar los pinceles y terminar del todo la obra,
Un saludo a todos y a todas.
Manuel de los Reyes
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